El verano es sinónimo de alegría, de color, de luz.
¿Por qué no trasladar toda esa buena vibra que nos traen estos meses a la decoración de nuestra casa?
Puedes utilizar el color como herramienta para captar esa sensación veraniega en tu hogar y renovarlo de acuerdo a las últimas tendencias.
Hoy te traemos la paleta perfecta para adaptar tu hogar a la estación más cálida que (al fin) está a la vuelta de la esquina.
El azul es el color de los cielos de verano, del mar e incluso de la piscina. Nos recuerda a los largos días de playa y nos aporta frescor y calma, lo que lo convierte en el color perfecto para decorar la casa en verano.
Utilízalo combinado con beige o blanco y con fibras naturales para un look de lo más mediterráneo.
Los tonos tierra se inspiran en la naturaleza y ayudan a recrear atmósferas naturales, acogedoras y agradables, perfectas para refugiarnos en casa del calor del verano.
La paleta es tan amplia que hay para todos los gustos: arenas, tostados, terracotas o chocolates... ¡un éxito asegurado!
Relacionado con el sol y el buen tiempo, con los sorbetes o los granizados, nos trae a la cabeza multitud de placeres veraniegos. Por ello, no debe faltar a la hora de darle un toque de color a una estancia. Eso sí, con precaución y sin abusar mucho.
Si el blanco nunca pasa de moda, será por algo. El verano es sobretodo luminosidad, y nada más representa esa sensación en decoración que precisamente el color blanco.
Nos ayuda a ganar metros, aporta frescura y calma y es perfecto para lograr ese ambiente ibicenco tan veraniego si lo combinamos con decoración de fibras naturales.
Es una opción atrevida pero que añadirá un toque dulce y suave a la decoración de tu hogar. Especialmente el verde menta y el rosa palo son tonos que se entienden a la perfección y que trasmiten frescura y alegría, pero a la vez la suavidad y la calma de una tarde disfrutando de un helado en el paseo marítimo. Puro verano.