Siendo estrictos, la hipoteca máxima que puedes permitirte es aquella que el banco considera que puedes devolver.
Para decidirlo, la entidad bancaria donde decidas solicitar el préstamo hipotecario hará un análisis de riesgo en el que tendrá en cuenta tu solvencia económica actual: cuál es tu situación laboral y personal, si cuentas con patrimonio y si ya tienes alguna deuda.
A la hora de valorar qué hipoteca puedes permitirte, lo primero que tienes que tener en cuenta es cuáles son tus ingresos.
Eso sí, nos referimos solo a los ingresos recurrentes, ya que los extraordinarios o puntuales no contabilizarán para el banco.
La recomendación general del Banco de España es que la cuota de la hipoteca no debe superar el 35% de los ingresos mensuales. De esta manera, si tienes un sueldo de 1600€, la cuota de tu hipoteca no debería superar los 560€.
Cuantos más ahorros tengas, menos capital necesitarás para comprar la casa, y por tanto, necesitarás pedir una hipoteca menor.
La mayoría de los bancos solo conceden el 80% del valor de tasación o el de compraventa, por lo que vas a necesitar tener ahorrado ese 20% restante.
Además, ten en cuenta que hay otros gastos vinculados a la gestión hipotecaria, como son los gastos de notaría, gestoría, registro, impuestos... por lo que es aconsejable contar con un 10% adicional para poder afrontar esos gastos sin agobios.
Los dos primeros puntos son los más importantes, pero no debemos dejar de lado:
Aunque el sueldo es importante, la estabilidad laboral también cuenta a la hora de concederte una hipoteca. El pago de una hipoteca se realiza durante muchos años, por lo que no sirve de nada tener un buen sueldo si este no se va a mantener a lo largo del tiempo.
En este sentido, contar con un contrato fijo, llevar muchos años en la misma empresa o manteniéndose activo laboralmente, va a facilitar que tu banco te conceda el préstamo.
Muy sencillo: si el número de titulares de una hipoteca es mayor que uno, el pago de esa hipoteca no va a depender de un solo salario, así que disminuye el riesgo y el banco te concederá la hipoteca mucho más fácilmente.
Las deudas anteriores son un aspecto muy importante a la hora de solicitar una hipoteca. Recuerda que el porcentaje de endeudamiento de un hogar no debe ser superior al 35% de los ingresos, de manera que si ya estás pagando un préstamo por tu coche, por ejemplo, contabilizará como parte de tu cuota de endeudamiento.
Teniendo en cuenta lo que hemos visto hasta ahora, si quieres calcular cuál es la hipoteca máxima que puedes pedir usa esta fórmula:
Capital hipoteca = Ahorros x 8 / 3
Es decir, si tienes ahorrados 60.000 €, puedes pedir una hipoteca de 160.000 €
Precio vivienda = Ahorros x 10 / 3
Es decir, si tienes ahorrados 60.000 €, puedes comprarte una casa de 200.000 €
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